jueves, 7 de noviembre de 2013



TITULO: DEBATE  COMO TÉCNICA DE EVALUACION DEL DESEMPEÑO EN EDUCACION SUPERIOR
RESUMEN
El debate es una discusión estructurada acerca de un tema determinado, con el propósito de presentar posturas a favor y en contra, argumentar y, finalmente, elaborar conclusiones.

El debate académico se concibe como herramienta de enseñanza y aprendizaje en el aula, el modelo de debate propuesto gira en torno a una pregunta que el docente comunica a los estudiantes con tiempo suficiente para prepararlo, donde los alumnos divididos en grupos de cuatro o cinco como máximo defienden o atacan dicha pregunta según el uso de turnos de tiempo totalmente regulados durante unos 40 minutos. Durante el debate exponen sus argumentos principales a favor o en contra de la pregunta de debate (exposición inicial), después sus críticas (refutación y contrarrefutación) para terminar con las conclusiones.
Para evaluar un debate, debe elaborarse una lista de cotejo
o una rúbrica en la que los indicadores se relacionen con los aprendizajes esperados de la asignatura, los contenidos y las características de la tipología textual.

PALABRAS CLAVE: Debate, evaluación, educación superior
INTRODUCCION

El debate académico se concibe como herramienta de enseñanza y aprendizaje en el aula, el modelo de debate propuesto gira en torno a una pregunta que el docente comunica a los estudiantes con tiempo suficiente para prepararlo, donde los alumnos divididos en grupos de cuatro o cinco como máximo defienden o atacan dicha pregunta según el uso de turnos de tiempo totalmente regulados durante unos 40 minutos. Durante el debate exponen sus argumentos principales a favor o en contra de la pregunta de debate (exposición inicial), después sus críticas (refutación y contrarrefutación) para terminar con las conclusiones. Al término un jurado compuesto por el docente y estudiantes (o sólo por el docente) declara ganador y pone la nota conforme a los criterios del profesor. Mediante esta herramienta se consigue que el estudiante desarrolle distintas competencias: cognitivas, de análisis, de expresión en público, argumentativas, etc. El docente, puede enmarcar el debate según la naturaleza de sus objetivos: sensibilizadora, cognitiva, o procedimental. De esta manera se consigue que el estudiante haga suyo el conocimiento de la asignatura (pues tiene que comunicarlo y defenderlo ante un público) para que el conocimiento del estudiante sea significativo (1).
Para realizar un debate es necesario:
º Contar con un formato preestablecido donde se especifiquen los roles (moderador y participantes), la duración y el tiempo destinado a cada participación.
º Que exista un clima de confianza y respeto mutuos.
º Sustentar las posturas en argumentos derivados de un trabajo de análisis e investigación.
º Conocer con profundidad el tema para lograr una discusión real.
DEFINICION
El debate es una discusión estructurada acerca de un tema determinado, con el propósito de presentar posturas a favor y en contra, argumentar y, finalmente, elaborar conclusiones. Este formato oral permite profundizar en un tema, comprender mejor sus causas y consecuencias, formular argumentos, expresarse de forma clara y concisa, respetar lo dicho por los otros y rebatir, siempre con base en evidencias (2).
El debate no es un fin en sí mismo: es un método para la resolución racional y  consensuada de problemas. El debate público tiene sus raíces en la antigua Grecia.  El debate es una forma de discusión formal y organizada que se caracteriza por enfrentar dos posiciones opuestas sobre un tema determinado. En otras palabras, el debate es el intercambio de opiniones críticas, que se lleva acabo frente a un público y con la dirección de un moderador para mantener el respeto y la objetividad entre ambas posturas. Por otro lado, cada postura debe exponer su tesis y sustentarla por medio de argumentos y contraargumentos sólidos y claros. Además, cada posición debe buscar el interés del público, buscando que éste forme su opinión y, finalmente, contribuya de forma indirecta o no, en las conclusiones del debate. De esta manera, el debate está formado por tres entidades: los participantes (un proponente y un oponente), el moderador y el público (3).
Los términos afines son (4):

Fuente: Manual de apoyo a la Docencia. Debates Estudiantiles – Santiago de Chile, Mayo 2004
EL MODELO DEL DEBATE EN EL AULA
En esta parte del texto trataremos de la técnica del debate en el aula. La preparación y la ejecución del debate constan de tres fases: antes, durante y después (2).
FASES PARA LA EJECUCIÓN DEL DEBATE
Antes
Definición del tema
Definición de la postura y los roles
Selección y análisis de fuentes
Resumen
Preparación
Durante
Presentación
Interacción cronometrada de los participantes (argumentación y contraargumentación)
Conclusiones
Después
Evaluación
Fuente: Las estrategias y los instrumentos de evaluación desde el enfoque formativo. Secretaría de Educación Pública, Argentina. 2013.
El método contempla las visiones de los dos actores, docente y alumno, con sus correspondientes tareas y justificaciones pedagógicas.
a) Pasos a seguir por el docente
El docente que quiera utilizar el debate como técnica de enseñanza y aprendizaje ha de seguir una serie de pasos, a saber:
1. Escoger un tema de debate.
2. Redactar la proposición.
3. Decidir y explicar el formato acorde a nuestros objetivos docentes.
4. Diseñar el acta de los jueces
5. Reunirse con los equipos y orientarles (pautas mínimas de comunicación).
6. Escoger jurado (implicar alumnos).
7. Juzgar el debate.
8. Comentarios personales y grupales.
9. Poner la nota.
1. Escoger un tema de debate:
La elección de un tema no resulta tan difícil si persigue cumplir con los objetivos de la asignatura o del momento en el que se encuentra. Si el objetivo es sensibilizar hacia la asignatura como tal se puede debatir sobre la necesidad de estudiar historia o sobre la utilidad de las matemáticas en la vida cotidiana de modo que el alumno se da cuenta de la importancia de la materia.
En cualquier caso el profesor puede percibir algunas señales que puede interpretar como favorables para sugerir un tema de debate que resulte interesante para el estudiante. Por ejemplo dónde hay una duda o surge una pregunta, o una discusión espontánea ahí hay un posible tema de debate.
El tema, aunque depende de los objetivos del profesor (sensibilizar, enseñar a pensar o a practicar habilidades de comunicación), puede ser especialmente útil consensuar entre docente y estudiante algunos posibles temas. Las propuestas de los alumnos también nos pueden ayudar a conocer cuáles son sus preocupaciones. La técnica del debate es ajustable a prácticamente todas las materias, pues de cualquier área de conocimientos surgen diferencias y visiones enfrentadas.
2. Redactar la proposición
Recordemos que la proposición, o resolución, del debate es el tema pero de manera acotada y redactada de modo que es debatible pues se supone que cumple las once características (5).
1. ¿Interesante para el debatiente?
2. ¿Actual? (o actualizado)
3. ¿Oportuno?
4. ¿Se puede cubrir en el tiempo disponible?
5. ¿Adecuado a una presentación oral?
6. ¿Provoca desacuerdo?
7. ¿Es clara o ambigua?
8. ¿Se puede apoyar en evidencias?
9. ¿Merece la pena discutirlo?
10. ¿Se puede comparar? (Valores)
11. ¿Son dos cuestiones o una?
El profesor puede elaborar una lista de comprobación de las características modelo de una resolución, baremar las resoluciones a debatir y seleccionar la más adecuada. El profesor debe formular la proposición a debatir acotándola según sus intereses pedagógicos.
3. Decidir y explicar el formato de debate
Una vez hemos acotado la resolución de debate procede escoger el formato que mejor se ajuste a nuestros objetivos docentes. Esto es, el formato ha de adecuarse a las capacidades del alumno y a los objetivos del docente. Sea el formato que sea, el docente puede diseñar uno propio, ha de cumplir siempre las siguientes características (6):
El mismo tiempo para las dos posturas
Afirmativo o a favor siempre primero y último, pues es el que tiene la carga de la prueba.
Conocido por todos los participantes con antelación suficiente
Tiempo total 30-90 minutos.
El formato de debate inferior a la media hora permite que los alumnos desarrollen argumentaciones sólidas preparadas con antelación.
A continuación expondremos algunos formatos de debate empleados en competiciones de debate en Universidad. No obstante, el docente que decida poner en marcha formatos de debate propios ha de tener en cuenta que debe englobar las siguientes partes:
Exposición Inicial o discurso constructivo (Tesis) Nuestros argumentos
Refutación (Antítesis) Ataques, defensas relativos a Exposición Inicial
Conclusión (Síntesis) Nuestras conclusiones A favor o en contra de porqué nuestra posición en el debate es la que debe secundar el jurado.
4. Diseño del acta
El acta de debate es una herramienta esencial para poder emitir un veredicto más objetivo que dar ganador al equipo que simplemente haya causado una mejor impresión.
El acta de debate es la herramienta del juez o jurado que va a dar como ganador a un equipo u otro, empleada en competiciones de debate Universitario. El docente considerará qué criterios debe reflejar el acta en función de si se persigue una formación en habilidades o por el contrario el acopio de determinados conocimientos. En el modelo que presentamos el procedimiento es sencillo pues el juez ha de marcar con una X si se ha cumplido o no tal o cual criterio. Después sumará el número total de X que ha cumplido cada equipo y así el que más sume será el ganador del debate para ese juez.
5. Reunirse con los equipos y orientarles
El docente debería instruir, en lo posible en cuanto tiempo y conocimientos, en algunos mínimos sobre comunicación oral en cuanto a forma y fondo, argumentación y debate para poder participar en la actividad con ciertas garantías. Al igual que para un trabajo escrito se les orienta cómo han de citar y estructurar un trabajo la idea sería la misma.
6. Escoger jurado
El debate ha de ser juzgado y para ello podemos implicar a otros profesores o a estudiantes de la propia aula. Estamos ante una oportunidad singular de implicar al alumno en la marcha de la asignatura. Una ocasión de conceder responsabilidad al estudiante desmotivado. Puede ocurrir que el docente derive la responsabilidad de juzgar a los estudiantes en exclusiva y este permanecer como observador crítico. El jurado ha de cumplir una serie de requisitos:
1. Siempre un número impar para evitar empates.
2. Ponderar la nota de cada juez según si el profesor es juez es o no y si quiere que su voto sea de calidad.
7. Protocolo del debate
Con la intención de implicar al máximo número posible de alumnos en la aula se debe organizar un cierto protocolo conocido por toda la clase. Así el protocolo normal de un debate puede ser:
- Presentación del tema, los debatientes y el jurado bien por parte de uno de los jueces o bien por parte de uno de los alumnos que haga las veces de “maestro de ceremonias”.
- Ejecución del debate según el formato acordado.
- Cierre del debate por parte del alumno encargado del protocolo.
- Retirada del jurado para deliberar mientras el resto del aula formula preguntas a los debatientes.
- Comunicación del veredicto del jurado y realización de comentarios a los debatientes.
8. Juzgar el debate
La labor de los jueces se estructura en un antes, durante y después del debate.
Los jueces, durante el debate, han de tener en cuenta qué hace cada participante y que no ha hecho. Así, el juez ha de observar y tomar notas de cada discurso de los estudiantes.
Tras el debate han de rellenar el acta o plantilla de valoración de debate y emitir un veredicto. Uno de los jueces puede controlar el tiempo.
9. Comentarios personales y grupales
La parte en la que nos encontramos puede ser, con diferencia, una de las más enriquecedoras de todo el proceso. El hecho de que unos alumnos, los jueces, sepan comunicar sus críticas de manera constructiva y valiente, y el hecho de que otros, los debatientes sepan asumir dichas críticas es un elemento de formación humana propio del debate. Tras el debate el jurado y en especial el profesor han de emitir los comentarios que ayudarán a que el alumno crezca, tanto en el ámbito de la asignatura, como en sus capacidades intelectuales.
El profesor, juez o no del debate, también debe emitir su valoración del debate con la intención de dar su visto favorable o desfavorable. Los comentarios del profesor han de ser todos aquellos que no hayan formulado el resto de alumnos que hayan participado como jueces. Puede resultar conveniente emplear una sesión entera para este paso. Los jueces que emitan sus comentarios, a través de un portavoz deben de comentar aspectos positivos y mejorables, que no malos, de cada equipo en los siguientes aspectos:
- Fondo: evidencias, razonamientos...
- Forma interna: orden, estructura, lenguaje propio
- En forma externa: comunicación no verbal (kinésica y proxémica)
- En labor de equipo: comunicación interna
- En capacidad dialéctica: ataque y defensa de argumentos
10. Evaluación
Del profesor depende que el debate influya en la calificación del estudiante. La experiencia nos dice que se valora lo que se evalúa. Se pueden tener en cuenta diferentes opciones a la hora de manejar la evaluación de un debate:
1. La nota del profesor a cada equipo. De la misma que ponemos una nota a un trabajo escrito no hay razón por la que no poner una nota al trabajo oral realizado por un equipo de debatientes.
2. La del jurado. Se puede tomar la nota media del jurado. Incluso se pueden suprimir la más alta y la más baja si queremos evitar las posibles rencillas entre los estudiantes.
3. Dar un plus al equipo ganador. Además de la nota que tengan por sus trabajos habituales, la nota de debate puede suponer un plus.
4. El voto del resto de los estudiantes. Es recomendable que al término del debate los alumnos participantes respondan a las preguntas del resto de alumnos. Por otra parte, también se puede contar tanto las preguntas de unos como las respuestas de los otros. La nota de debate se puede tener en lugar de o además de las notas de exámenes, trabajos y demás.
Al plantear el problema de la evaluación del debate, en tanto proceso de enseñanza y aprendizaje, surgen habitualmente entre los docentes, inquietudes derivadas de dos necesidades prioritarias:
a) ¿Cómo se diagnostica el nivel de dominio sobre las competencias involucradas en el debate?
b) ¿Cómo se constata y califica el desempeño de los estudiantes en el debate?
Será por lo tanto el objetivo de este capítulo intentar dar respuesta, en la medida de lo posible, a estas inquietudes.
Sin embargo, antes de cumplir con la promesa del párrafo anterior se debe recordar dos principios fundamentales en toda evaluación, a saber:
1.    Informar frecuente y suficientemente al estudiante sobre su desempeño y sus procesos de aprendizaje.
2.    Procurar que los objetivos e indicadores de evaluación sean precisos y conocidos por todos, para permitir la autoevaluación y su contrastación permanente con los resultados.
Para responder a la primera pregunta: ¿Cómo se diagnostica el nivel de dominio sobre las competencias involucradas en el debate? Se debe disponer de un instrumento que permita registrar el desempeño inicial del estudiante. Qué características debiera tener este instrumento:
a) Ser de fácil aplicación, entendiendo la dinámica vertiginosa del aula.
b) Ser breve. Es decir, no contener demasiados ítems o subítems.
c) Ser suficientemente completa para cubrir una amplia gama de variables que permitan
un buen diseño o planificación de actividades.
d) Estar suficientemente explicada y comentada en un documento adjunto.
Una planilla de evaluación es el instrumento en el cual se registran las calificaciones de los jurados durante un debate. A menudo la sumatoria o algún procedimiento matemático que relaciona las diferentes planillas da como resultado un ganador del debate.
Es también importante para los docentes contar con un dispositivo de evaluación que les permita transformar la evaluación del debate en una calificación dentro de la escala de notas vigente (de 1 a 7) apta para ingresarla al libro de clases. Aquí sólo cabe recomendar la utilización de la escala de notas vigente para nuestro país, es decir, de 1 a 7, consignando en una pauta adherida a la planilla qué concepto valorativo corresponde a cada intervalo de notas, para una mejor y más transparente retroalimentación con los estudiantes.
CONCLUSIONES
Por tanto concluímos que el debate es una técnica comunicativa basada en la confrontación de posiciones a través de argumentos y evidencias. Sencillamente, una discusión sobre un tema elegido con la finalidad de convencer a alguien, entonces, el debate está en todas las esferas de la vida, por ejemplo, una conversación con amigos o cuando se reclama al docente por una nota.
En este sentido, diferentes equipos preparan sus argumentos para convencer a uno o más terceros y así obtener la mejor puntuación. Esto obliga a los participantes a refinar sus habilidades: oratoria, conocimientos y organización. Además, invita a solucionar pacíficamente las dificultades a partir de la contraposición de tesis sobre un aspecto controversial.
BIBLIOGRAFÍA
1.    Sánchez Prieto. El debate académico en el aula como herramienta didáctica y evaluativa. Trabajo de investigación. España: ICADE Universidad Pontificia Comillas de Madrid, Departamento de Gestión Empresarial; 2006.
2.    De Mendive RM. ¿Cómo desarrollar habilidades para el debate desde la clase de Filosofía?". [base de datos Online].; [fecha de consulta 5 de noviembre 2013].; 2010. Disponible en: http://www.ucp.pr.rimed.cu/sitios/revistamendive/Num4/PDF/6.pdf.
3.    Las estrategias y los instrumentos de evaluación desde el enfoque formativo. Secretaría de Educación Pública, Argentina. 2013.
4.    Cattani A. Los usos de la retórica. In Los Usos de la Retórica. Madrid - España: Alianza Editorial; 1ª edición. 2003.
5.    Huber, Robert B. Influencing through argument. David McKay Company Inc. [fecha de consulta 5 de noviembre 2013].; 1964. Disponible en: http://debate.uvm.edu/huber/huber02.html 2000.
6.    Cirlin, Alan. Academic debate and program development for students and teachers around the world. An introductory textbook, handbook and sourcebook. Isocratic Press. 1999.

domingo, 20 de octubre de 2013

RÚBRICA COMO INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN SUPERIOR



TITULO: RÚBRICA COMO INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN SUPERIOR

RESUMEN

Cuando se habla de evaluación del aprendizaje, generalmente se hace referencia a herramientas de corte cuantitativo como las pruebas objetivas, o de corte cualitativo como los portafolios de evidencia, los ensayos o los informes, es común encontrar razones a favor y en contra de estos dos modelos de evaluación, tal vez porque en el ámbito educativo los expertos suelen tomar posiciones un tanto polarizadas que generalmente los llevan a defender una y atacar la otra. El propósito de este artículo no es hacer un abordaje sobre el debate entre estos dos modelos o paradigmas evaluativos sino más bien presentar, de manera teórica, un modelo de evaluación denominado rúbricas o matrices de evaluación que permiten una integración de dichos modelos y a su vez proporcionar indicaciones claras y precisas a los docentes en educación superior para su correcto uso y para la correcta replica dirigida a los estudiantes.
La rúbrica es un instrumento de evaluación auténtica del desempeño de los estudiantes, es un conjunto de criterios que se utilizan para determinar el nivel de ejecución al que llega un estudiante durante la realización de una actividad de aprendizaje. Se diseñan en forma de una matriz de evaluación que por un lado tiene los criterios a evaluarse y por otro, generalmente en la parte superior, los rangos que servirán para evaluar el dominio de cada criterio. 

PALABRAS CLAVE: Rúbrica, evaluación, educación superior

INTRODUCCIÓN

Aunque las rúbricas son una herramienta aplicable a diferentes campos de los procesos educativos, en este artículo se hace una presentación de la misma aplicable única y exclusivamente al proceso de enseñanza aprendizaje en educación superior.
Antes de ahondar en el tema de las rúbricas conviene referenciar el termino evaluación, que en términos educativos se define como “la acción permanente por medio de la cual se busca apreciar, estimar y emitir juicios sobre procesos de desarrollo del estudiante, así como sobre sus resultados con el fin de elevar y mantener la calidad de los mismos”.
En el contexto educativo, una rúbrica es un conjunto de criterios o de parámetros desde los cuales se juzga, valora, califica y conceptúa sobre un determinado aspecto del proceso educativo por lo que “las rúbricas también pueden ser entendidas como pautas que permiten aunar criterios, niveles de logro y descriptores cuando de juzgar o evaluar un aspecto del proceso educativo se trata”
En este sentido, se puede afirmar que una rúbrica “es una descripción de los criterios empleados para valorar o emitir un juicio sobre la ejecutoria de un estudiante en algún trabajo o proyecto”, dicho de otra manera, una rúbrica es una matriz que puede explicarse como un listado del conjunto de criterios específicos y fundamentales que permiten valorar el aprendizaje, los conocimientos o las competencias logrados por el estudiante en un trabajo o materia particular.

DESARROLLO

La evaluación es una de las acciones más importantes del proceso de enseñanza-aprendizaje porque se convierte en el motor principal del cambio de paradigma educativo. La evaluación debería ser un proceso continuo de reflexión tanto de quien aprende como de quien enseña. Es injusto pedir al alumnado que participe de una amplia gama de experiencias con el conjunto de competencias y después exigirle que demuestre todo lo que ha aprendido mediante unas pruebas estándar que se limitan a unas pocas destrezas o al recuerdo de información.
El docente ha de considerarse corresponsable de los resultados que obtengan sus estudiantes: no puede situarse frente a ellos como juez, sino con ellos como miembro de un mismo colectivo; su pregunta no ha de ser “quién merece una valoración positiva y quién no” sino “qué ayudas precisa cada cual para seguir avanzando y alcanzar las competencias deseadas”, lo que exige un seguimiento atento y una retroalimentación constante que reoriente e impulse la tarea. Esto es lo que tiene sentido en una situación de aprendizaje creativo, orientando la construcción de competencias.
Habrá que encontrar, pues, un equilibrio entre la necesidad de una evaluación continua y la disponibilidad real de tiempo para llevarla a cabo, lógicamente no es posible evaluar si se ha logrado cierta competencia si no se pueden observar conductas o productos relacionados con la misma. Es por ello que se necesitan elaborar instrumentos que den cierta garantía de estabilidad en las observaciones y que permitan hacer comparaciones entre estudiantes.  Una de las formas más interesantes de especificar los criterios de calidad en la evaluación de competencias es mediante la utilización de las rúbricas o matrices de valoración que facilitan la calificación del trabajo del estudiante especialmente cuando se trata de tareas complejas, imprecisas y subjetivas. La rúbrica puede definirse como un conjunto de criterios específicos que permiten valorar los aprendizajes, los conocimientos y las competencias, logradas por el estudiante en un trabajo o asignaturas. La matriz o rúbrica de valoración sirve para averiguar cómo está aprendiendo el estudiante, pudiendo considerarse como una herramienta de evaluación formativa (Andrade y Du 2005).
DEFINICION
Como señalan Torres y Perera (2010, 142)  la rúbrica es un instrumento de evaluación basado en una escala cuantitativa y/o cualitativa asociada a unos criterios preestablecidos que miden las acciones del alumnado sobre los aspectos de la tarea o actividad que serán evaluados. Básicamente, existen dos grupos: las holísticas, que tratan de evaluar el apren­dizaje o competencia desde una visión más global, y las analíticas, que se centran en algún área concreta de aprendizaje. Además, nos permite diseñarla para tareas amplias o específicas.
Las rúbricas son guías precisas que valoran los aprendizajes y productos realizados. Son tablas que desglosan los niveles de desempeño de los estudiantes en un aspecto determinado, con criterios específicos sobre rendimiento.
Indican el logro de los objetivos curriculares y las expectativas de los docentes. Permiten que los estudiantes identifiquen con claridad la relevancia de los contenidos y los objetivos de los trabajos académicos establecidos.
En el nuevo paradigma de la educación, las rúbricas o matrices de valoración brindan otro horizonte con relación a las calificaciones tradicionales que valoran el grado de aprendizaje del estudiante, expresadas en números o letras.
Cualquier rúbrica debe considerar las siguientes premisas: ser coherente con los objetivos educativos que se persiguen, apropiada ante el nivel de desarrollo de los estudiantes, y establecer niveles con términos claros.
Como instrumentos de evaluación formativa facilitan la valoración en áreas consideradas subjetivas, complejas o imprecisas mediante criterios que cualifican progresivamente el logro de aprendizajes, conocimientos y/o competencias valoradas desde un nivel incipiente hasta experto.

TIPOS DE RÚBRICA

La rúbrica global, comprehensiva u holística hace una valoración integrada del desempeño del estudiante, sin determinar los componentes del proceso o tema evaluado.
Se trata de una valoración general con descriptores correspondientes a niveles de logro sobre calidad, comprensión o dominio globales (Tabla 1). Cada nivel se define claramente para que los estudiantes identifiquen lo que significa. La rúbrica holística demanda menor tiempo para calificar, pero la retroalimentación es limitada. Es recomendable utilizar esta rúbrica cuando se desea un panorama general de los logros, y una sola dimensión es suficiente para definir la calidad del producto.


La rúbrica analítica se utiliza para evaluar las partes del desempeño del estudiante, desglosando sus componentes para obtener una calificación total. Puede utilizarse para determinar el estado del desempeño, identificar fortalezas, debilidades, y para permitir que los estudiantes conozcan lo que requieren para mejorar. Estas matrices definen con detalle los criterios para evaluar la calidad de los desempeños, y permiten retroalimentar en forma detallada a los estudiantes.
Además, cada criterio puede subdividirse de acuerdo a la profundidad requerida.
Se recomienda utilizar la rúbrica analítica cuando hay que identificar los puntos fuertes y débiles, tener información detallada, valorar habilidades complejas y promover que los estudiantes autoevalúen su desempeño.

La rúbrica presenta tres características clave:
Criterios de evaluación. Son los factores que determinarán la calidad del trabajo de un estudiante. También son conocidos como indicadores o guías. Reflejan los procesos y contenidos que se juzgan de importancia.
Definiciones de calidad. Proveen una explicación detallada de lo que el estudiante debe realizar para demostrar sus niveles de eficiencia, para alcanzar un nivel determinado de los objetivos. Estas definiciones deben proporcionar retroalimentación a los estudiantes.
Estrategias de puntuación. Se consideran cuatro niveles: desempeño ejemplar; desempeño maduro; desempeño en desarrollo y desempeño incipiente.
¿CÓMO SE ELABORA LA RÚBRICA?
1. El primer paso es determinar objetivos del aprendizaje.
2. Identificar los elementos o aspectos a valorar.
3. Definir descriptores, escalas de calificación y criterios
4. Determinar el peso de cada criterio.
5. Revisar la rúbrica diseñada y reflexionar sobre su impacto educativo.
Ventajas
• Se identifican claramente objetivos docentes, metas y pasos a seguir.
• Señala los criterios a medir para documentar el desempeño del estudiante.
• Cuantifica los niveles de logro a alcanzar.
• Se brinda retroalimentación luego de identificar áreas de oportunidad y fortalezas.
• Disminuyen la subjetividad de la evaluación.
• Permite autoevaluación y co-evaluación.
Desventajas
• Requieren mucho tiempo para su elaboración.
• Es necesaria la capacitación docente para su diseño y uso.

Tabla 1. Ventajas del uso de  las rubricas en el proceso educativo
1.      Son una poderosa herramienta para el docente que le permite evaluar de una manera más objetiva, pues los criterios de la medición están explícitos y son conocidos de antemano por todos, no se los puede cambiar arbitrariamente y con ellos se hace la medición a todos los casos sobre los cuales se ofrezca emitir juicios.
2.      Promueven expectativas sanas de aprendizaje en los estudiantes pues clarifican cuáles son los objetivos del docente respecto de un determinado tema o aspecto y de qué manera pueden alcanzarlos los estudiantes.
3.      Permiten al maestro describir cualitativamente los distintos niveles de logro que el estudiante debe alcanzar.
4.      Permiten que el estudiante evalúe y haga una revisión final a sus trabajos, antes de entregarlos al docente.
5.      Indican con claridad al estudiante las áreas en las que tiene falencias o deficiencias y con esta información, planear con el docente las correcciones a aplicar.
6.      Proveen al maestro información de retorno sobre la efectividad del proceso de enseñanza que está utilizando.
7.      Proporcionan a los estudiantes retroalimentación sobre sus fortalezas y debilidades en las áreas que deben mejorar.
8.       Reducen al mínimo la subjetividad en la evaluación.
9.      Promueven la responsabilidad.
10.  Proporcionan criterios específicos para medir y documentar el progreso del estudiante.
11.  Son fáciles de utilizar y de explicar.
Adaptado de Mertler, Craig A. (2001). Designing scoring rubrics for your classroom. Practical Assessment, Research & Evaluation, 7(25). Recuperado del sitio http://pareonline.net/getvn.asp?v=7&n=25

E-RÚBRICAS, HERRAMIENTAS WEB PARA ELABORARLAS

Es común consultar rúbricas impresas o ejemplos digitalizados y disponibles en Internet. Cuando las rúbricas se elaboran con herramientas digitales para utilizarse en entornos virtuales o en línea, se denominan e-rúbricas. Éstas son interactivas, se evalúan rápido, sin esfuerzo, brindan inmediatez en la retroalimentación, y el docente identifica las áreas a fortalecer oportunamente a diferencia de las rúbricas impresas, que requieren mayor tiempo para procesar los resultados. Existen diversos programas y herramientas digitales para realizar rúbricas de forma sencilla, rápida y eficiente. La mayoría son gratuitas o la licencia de uso es de bajo costo. Destacan las siguientes herramientas por su popularidad, facilidad de uso y calidad en los productos creados.
La rúbrica al hacer una descripción detallada del tipo de desempeño esperado, permite una retroalimentación precisa, la cual favorece en los estudiantes una autoevaluación y el monitoreo de sus avances y obstáculos, en el proceso de aprender. Además, las herramientas Web para el diseño de rúbricas empoderan al docente, el estudiante y a la institución, y promueven la cultura de la evaluación auténtica en la educación superior.

CONCLUSIONES

Para que la evaluación pueda jugar un papel positivo en el proceso enseñanza aprendizaje de competencias en educación superior debe reunir algunas características básicas entre las que destacaremos:
·         Ha de ser percibida como verdadera ayuda, generadora de expectativas positivas, y no como enjuiciamiento externo.
·         Ha de ir más allá de lo que supone la actividad individual de los estudiantes. La aceptación de la evaluación como algo necesario para alcanzar las competencias se ve favorecida si se comienza evaluando aspectos distintos de la actividad individual (interés de las actividades propuestas, intervenciones del docente…).
·         Ha de extenderse a todas las dimensiones que conforman las competencias -aspectos conceptuales, procedimentales, actitudinales, afectivos- rompiendo con el reduccionismo habitual de centrarse en lo más fácil de medir.
Por ello, ha de utilizarse un conjunto de técnicas e instrumentos de evaluación que vayan más allá del tradicional examen y que permitan recoger información sobre el proceso de adquisición de competencias, dado el carácter multidimensional de las mismas.  Dentro de este conjunto de técnicas evaluativas, una rúbrica constituye un instrumento útil para favorecer el aprendizaje de competencias en cuanto que permite:
·         Poner de relieve y reforzar las competencias que ya se manejan.
·         Detectar dificultades de los estudiantes y reorientar su trabajo.
·         Favorecer la autorregulación de los estudiantes.
·         Transmitir expectativas positivas sobre la adquisición de conocimientos y su evaluación.

BIBLIOGRAFÍA
1.      Andrade, H. y Du, Y. (2005). Student perspectivas on rubric-referenced assessment. Research & Evaluation, 10 (3).
2.      Cano, M.E. (2008). La evaluación por competencias en la educación superior. Profesorado. Revista de currículo y formación de profesorado
3.      Conde, A. y Pozuelo, F. (2007). Las plantillas de evaluación (rúbrica) como instrumento para la evaluación. Un estudio de caso en el marco de la reforma de la enseñanza universitaria en el EEES. Investigación en la Escuela, 63, pp 77-90
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7.      Goodrich AH. Teaching with rubrics. The good, the bad and the ugly. College Teaching 2005;53(1):27-30.
8.      Malini RY, Andrade H. A review of rubric use in higher education. Assessment & Evaluation in Higher Education 2010;35(4):435- 448.
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10.  Mertler, Craig A. (2001). Designing scoring rubrics for your classroom. Practical Assessment, Research & Evaluation, 7(25). Recuperado del sitio http://pareonline.net/getvn.asp?v=7&n=25
11.  Rodríguez, D. Rúbricas: Avalúo y retroalimentación efectiva en el salón de clase. Recuperado del sitio http://www.uprm.edu/ideal/rubricas.pdf
12.  Shipman D, Roa M, Hooten J, et al. Using the analytic rubric as an evaluation tool in nursing education: The positive and the negative. Nurse Education Today 2012;32(3):246-249.
13.  Vera, L. (2004, Octubre). Rúbricas y listas de cotejo. Recuperado del sitio http://ponce.inter.edu/cai/reserva/lvera/RUBRICAS.pdf-
14.  Yáñiz, C. y Villardón, l. (2006). Planificar desde competencias para promover el aprendizaje. Bilbao: Universidad de Deusto